Es fundamental inculcar desde un principio que no se haga un «doble trabajo» con cada movimiento: cuando un dedo baja con fuerza y se mantiene apoyado más tiempo en la cuerda (imán) es necesario que hagamos sentir al alumno (y recalco sentir más que pensar) que está haciendo fuerza en un solo sentido hacia abajo despreocupándose del movimiento de alzada de cada dedo.
Lo contrario sucede con el rebote en que el alumno debe preocuparse de levantar el dedo lo más alto y rápidamente que pueda como si el diapasón «le quemase» la punta del dedo.
Es claro que que para hacer rebotar una pelota (o un dedo) hacia arriba hay que darle un impulso hacia abajo. Pero eso no lo planteen al alumno podrían confundirlo y dejen que busque intuitivamente imitando la imagen que ve en los DVD y la que Ustedes le transmiten en clase con sus propios ejemplos. Algunos ejemplos de rebote están desarrollados en los cuadernos como de costumbre. No se conformen o limiten a ellos y apliquen este principio a todos los pasajes que requieran de una regularización del ritmo.
El mismo principio se puede aplicar al arco y de hecho lo hemos mencionado antes en nuestro libro anterior (L4 Unidad 6 Oscilación sobre dos cuerdas).
Para finalizar recuerden que al ser el sistema extensor el menos «entrenado por la vida» es necesario que los ejercicios de rebote sean trabajados un poco más de tiempo que los del tipo «imán». ¿Cuánto?. La respuesta la darán Ustedes según cada alumno y cada problema que deban resolver.
2- Estamos usando imágenes que pueden ser comprendidas fácilmente. Si analizáramos más profundamente la relación de estos movimientos y la diversidad de su origen desde el punto de vista anatómico o neurológico llegaríamos quizás a conclusiones más complejas que en nada ayudarían hoy a nuestra tarea práctica